Pediatría preventiva: la clave para un desarrollo saludable
Desde el nacimiento, cada etapa en la vida de un niño es única, delicada y llena de cambios. Por eso, la pediatría preventiva es mucho más que controlar el peso y la talla: es acompañar el crecimiento, detectar a tiempo posibles problemas y brindar orientación a padres y cuidadores en cada etapa.
👶 ¿Qué es la pediatría preventiva?
Es el seguimiento médico periódico que permite evaluar el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños, incluso cuando no presentan síntomas de enfermedad.
Su objetivo es detectar riesgos antes de que se conviertan en problemas de salud y guiar a las familias en la crianza saludable y segura.
¿Por qué es tan importante?
Porque muchas enfermedades infantiles se pueden evitar o tratar a tiempo si se descubren en sus primeras fases. Además, durante las consultas se pueden identificar:
- Trastornos del desarrollo o del aprendizaje
- Problemas de alimentación o crecimiento
- Alergias
- Alteraciones en la visión, audición o el lenguaje
- Cambios emocionales o de conducta
- Necesidades especiales en vacunación o nutrición
Además, es la oportunidad perfecta para resolver dudas sobre el sueño, la alimentación, el manejo de fiebre, el comportamiento y otros aspectos cotidianos del cuidado infantil.
¿Con qué frecuencia deben ir los niños al pediatra?
Las visitas deben ser periódicas, especialmente en los primeros años de vida. El Ministerio de Salud recomienda:
- Recién nacido: durante la primera semana de vida
- Lactantes (hasta los 12 meses): mínimo 4 visitas en el año
- Niños de 1 a 5 años: 1 o 2 veces por año
- A partir de los 5 años: mínimo una vez al año
Cada visita incluye un control del crecimiento, desarrollo, esquema de vacunación y revisión general de salud.
Cada control, cada revisión y cada pregunta resuelta por el pediatra son pasos importantes en el camino del desarrollo de un niño. La pediatría preventiva no es solo para cuando algo está mal, sino para asegurar que todo vaya bien.
